Dicen que todo es un truco, pero como describir cuando ves algo que es prácticamente imposible, esa sensación que recorre tu cuerpo al decirte “eso ha pasado de verdad”. Esa fue mi primera sensación al ver a un mago haciendo un juego de magia frente a mí, fue increíble.
Parece que fue hace una eternidad, desde aquel día algo cambio en mí, quede prendado por esa sensación cuando vi que aquel mago era capaz de hacer las cosas más increíbles, y a partir de ahí me dije a mi mismo: «esto es lo que buscaba».
Poco tiempo después ya estaba infectado por ese «virus» mágico que todo mago conoce muy bien, no era capaz de soltar la baraja de cartas o las monedas de mi mano, dándome muchos días las 2 o 3 de la madrugada practicando juegos y efectos. Así poco a poco empecé a introducirme en este maravilloso mundo con otros compañeros magos, en conferencias, clases y talleres.
Pero por desgracia la vida no es un camino de rosas y estuve unos años desconectado del mundo mágico por motivos ajenos, pero ese fuego interior causado por ese virus mágico nunca se apagó, lo cual me hizo regresar, eso sí con mucha más fuerza, como el resurgir del ave fénix, un nuevo principio. La cosa empezó a fluir mágicamente, conocí a nuevos compañeros y a partir de ahí la magia se convirtió en mi vida, aprendí de los maestros Riversson, Tony Montana, Max Vai, Mad Martin, y especialmente de los maestros Jaque y Damaso a los que estaré eternamente agradecido por su enseñanza y amistad. También quería agradecer a mi amigo y compañero el gran Joe Monty por toda su ayuda y apoyo.
La magia siguió tiempo después, ya en espectáculos, bodas, comuniones y otro tipo de eventos dándole al público esa magia que todos desean de ver y de sentir.
Les invito a ustedes a que pongan un poco de magia en su vida.